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Juventud, divino tesoro. ¿O no?

La frase “juventud, divino tesoro”, daba entradilla a unos versos de Rubén Darío. Siempre asociamos la juventud a potencial, a posibilidad, a lo que está por venir, a esa fuerza y empuje que asociamos a todo lo bueno. En contraposición, durante años se acuñó el término “edadismo” para referirse a la tendencia a discriminar a…

La frase “juventud, divino tesoro”, daba entradilla a unos versos de Rubén Darío.

Siempre asociamos la juventud a potencial, a posibilidad, a lo que está por venir, a esa fuerza y empuje que asociamos a todo lo bueno. En contraposición, durante años se acuñó el término “edadismo” para referirse a la tendencia a discriminar a las personas mayores en función de su edad. Sin embargo, probablemente este término habrá que revisitarlo en esta nueva época en la que la IA lo impregna todo.

Hace unos días el bueno de Chelu Martin me invitaba a un interesantísimo encuentro de profesionales del desarrollo de software en el que, entre otras cosas, se reflexionaba sobre el mercado laboral para los programadores. Percibí una preocupación muy real sobre el futuro de los que se incorporan a la profesión, y paso a resumir algunas de las ideas que allí se discutieron con responsables de Supabase, Cursor, Manfred y Playtomic.

Procesos de selección

Se observa un constante juego del ratón y el gato, en el que los reclutadores emplean de forma masiva los ATS (Applicant Tracking System) en su cribado de candidatos, mientras que los postulantes se apoyan en toda suerte de herramientas de IA para impresionar a sus futuros empleadores.

Las experiencias con procesos de selección en remoto, empiezan a ser rocambolescas. Candidatos y reclutadores que utilizan herramientas como https://cluely.com/ para realizar y contestar preguntas en tiempo real, aventuran un tiempo en el que nada tendrá garantías de ser real, ni siquiera una entrevista. Incluso se habló de cómo los candidatos introducen errores a propósito en sus respuestas, para simular comportamiento humano en el código que el algoritmo les ofrece.

En algunas empresas el enfoque en las entrevistas es mixto: mientras que para las primeras iteraciones del proceso de selección las pruebas se hacen sin apoyo de IA para demostrar entendimiento, durante las segundas fases el empleo de los algoritmos está permitido ya que ¿no es así como van a trabajar los desarrolladores en cuanto crucen el umbral de la puerta de su nuevo rol?

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Futuro del conocimiento

Alguna frase resultó especialmente dura: “en 10 años no va a quedar nadie que sepa programar”. Otras, especialmente descorazonadoras con el futuro que les espera a los jóvenes: “se han acabado las duplas que históricamente se hacían entre senior y junior”.

Entre tanta desesperanza, había algunas notas positivas. Por ejemplo, el empleo de la IA ofrece un feedback muy rápido y contextualizado al junior, permitiéndole mejorar rápido y avanzar en su desarrollo. Además, si no te “pegas” con el código debugueando a bajo nivel, te estancas, por lo que delegar todo en la IA no parece buen camino.

Lo que está claro es que las habilidades que las empresas buscan, han cambiado. Decía alguien que “el 90% de las habilidades han pasado de valer 1.000€ a 0 €, y el 10% de valer 0 a valer 1.000€”. La cadena de valor ha saltado auténticamente por los aires.

Lo que parece claro es que ya no se valoran las trayectorias formativas, sino el portfolio que traigas en la mochila. De hecho, lo que está sufriendo no es el empleo junior, sino el empleo de personas sin experiencia. Si acabas de salir de la carrera, pero llevas a tus espaldas algunos “side projects”, tus posibilidades de encontrar empleo se disparan.

La tragedia de los comunes

La necesidad de entregar proyectos está tan disparada, que las empresas no se quieren dedicar a formar a gente sin experiencia, necesitan gente madura desde el principio. De este modo, no se mide el seniority en años de experiencia, sino por el valor que puedes aportar inmediatamente con tu incorporación a un equipo de ingeniería.

Sin embargo, si todas las empresas se comportan de esta forma, ¿quién va a invertir en desarrollar “cantera”? Es lo que se denomina la “tragedia de los comunes”, teoría económica que describe una situación en la que los individuos, actuando de forma independiente y por interés propio, sobreexplotan un recurso compartido hasta agotarlo, perjudicando a toda la comunidad a largo plazo.

En lo que parecía existir acuerdo es en que la IA es extremadamente buena en la aplicación de conocimiento especializado, pero el desarrollador es el que debe de aportar contexto y conectar los puntos.

Además, elaborar código más rápido, no significa que puedas vender más. El cuello de botella en el desarrollo de software no está frecuentemente en “tirar código”, sino en dar solución a un caso de uso y saber venderlo.

Algunas ideas para los juniors

El acuerdo sobre la importancia de tener referencias fue absoluto, así que si eres junior, busca experiencias aunque sean menores pero que te permitan darte a conocer, generar portfolio y que alguien pueda referenciarte.

También se habló de buscar empresas que estén resolviendo casos de uso que les permitan hacer dinero y que sin embargo tengan un producto pobre. A partir de ahí, conectar con sus endpoints, disparar a su base de clientes y desarrollar nuevo producto con funcionalidades que aporten mayor valor. En muchos casos, el incumbente buscará comprar tu producto.

Por último, parecía unánime la recomendación de desarrollar “soft skills” que permitan relacionarse con clientes, proveedores, empleados y partners. Nada nuevo bajo el sol, pero siempre viene bien recordarlo.

Un rayo de esperanza

Creo sinceramente que estamos en mitad de una disrupción del mercado laboral sin precedentes. La expulsión inicial del talento junior no es sino un efecto colateral mientras dure el reajuste. Sin embargo, soy optimista en cuanto a las posibilidades de los junior en el medio plazo. Su familiaridad natural con las herramientas digitales les sitúa en una posición privilegiada para crecer en este nuevo paradigma. Cada ciclo de transformación en la historia ha requerido una generación capaz de pensar diferente, de experimentar sin miedo y de reinventar la frontera de lo posible. Hoy, esa generación vuelve a ser la juventud.

Quizá ya no baste con “saber programar”, porque el valor se está desplazando hacia quien entiende el contexto, conversa con el cliente, conecta necesidades, interpreta dilemas y transforma datos en soluciones significativas. En este terreno fértil, los jóvenes tienen una ventaja genuina: su plasticidad cognitiva, su capacidad para aprender deprisa y su intuición para navegar mundos híbridos donde lo técnico y lo humano convergen.

Si el pasado premiaba la experiencia acumulada, el futuro premiará la curiosidad, la adaptabilidad y la iniciativa. Estamos abriendo un mercado donde el junior que hoy se siente desplazado puede convertirse en el perfil más buscado mañana. La disrupción actual es intensa, pero también es la puerta de acceso a una etapa en la que el talento emergente podrá construir, no desde la obediencia a lo establecido, sino desde la creación de lo nuevo.

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Algunas referencias interesantes para seguir profundizando sobre este asunto:

·       European Parliament – Digitalisation and changes in the world of work. 2022 https://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2022/733986/IPOL_STU(2022)733986_EN.pdf

·       McKinsey Global Institute. “Skill shift: Automation and the future of the workforce.” https://www.mckinsey.com/capabilities/people-and-organizational-performance/our-insights/skill-shift-automation-and-the-future-of-the-workforce

·       World Economic Forum. “The Future of Jobs Report.” Apr 2023. https://www.weforum.org/reports/the-future-of-jobs-report-2023

·       The Economist. Can AI replace junior workers?. Oct 2025. https://www.economist.com/graphic-detail/2025/10/13/can-ai-replace-junior-workers

·       The death of junior jobs? AI is eating the bottom of the career ladder. Oct 2025. https://medium.com/@j.hurling90/the-death-of-junior-jobs-ai-is-eating-the-bottom-of-the-career-ladder-7b69e638df14